CARREREANDO LA CHULETA
por Ronay Gonzalez
Un gobierno para todos
¿Qué espera Tuxtla Chico de su Ayuntamiento Municipal?
Atención, de manera prioritaria. Que se le haga caso, que se le hable con la verdad, que se le mire a los ojos cuando se le promete algo y que, sobre todo, se actúe con empatía. Porque la gente no pide imposibles, solo quiere soluciones reales y voluntad para resolver lo que duele.
Tuxtla Chico ha cambiado. Lejos quedaron aquellos años en los que las diferencias políticas dividían a los mismos tuxtlachiquenses, cuando los colores y las siglas marcaban distancia entre vecinos. Hoy, bajo el liderazgo de Julio Enrique Gamboa Altúzar, ese estigma se rompió. Aquí se atiende a todos, sin distinción ni preferencias.
El alcalde ha entendido que gobernar no es imponer, sino escuchar; que no se construye un pueblo con discursos, sino con hechos. Por eso su administración ofrece resultados, resuelve problemas y deja huella con obras que perduran, porque están diseñadas para servir y funcionar correctamente.
Ahí está la obra de la calle de la Normal, un ejemplo del compromiso con el desarrollo ordenado, pensado en beneficio de la gente y con visión a futuro. No se trata solo de mejorar una vialidad, sino de abrir caminos hacia el progreso.
No hay una sola región favorecida. Todo el municipio se ha visto beneficiado. Desde la cabecera hasta las comunidades rurales, el progreso se siente, se ve y se agradece. Y todo esto sin perder el valor de su patrimonio cultural, porque Tuxtla Chico no solo avanza: también conserva su identidad.
Julio Gamboa gobierna para todos. Y eso, en los tiempos que corren, no es poca cosa. Porque cuando hay armonía entre gobierno y pueblo, el desarrollo deja de ser promesa… y se convierte en realidad compartida.