La teoría de la “internet muerta” se ha revitalizado con fuerza, alimentada por la explosión de contenidos generados por IA. Las webs están plagadas de noticias falsas, reseñas inventadas y textos automatizados que imitan la voz humana sin serlo. Lo que antes se percibía como un exceso de ruido ahora tiene un origen claro: algoritmos capaces de generar de forma masiva palabras, imágenes y hasta videos que ocupan el lugar de la producción humana. La consecuencia inmediata es la sensación de que gran parte de lo que leemos en línea carece de autenticidad, reforzando la sospecha de que interactuamos más con máquinas que con personas
La web que conocíamos —alimentada por millones de voces humanas— está siendo sustituida por un flujo en el que las máquinas escriben, se contestan entre sí y replican patrones preexistentes.
El Informe Imperva Bad Bot 2025 confirmó un hito histórico: en 2024, por primera vez, el tráfico automatizado superó al humano, alcanzando el 51% del total. Dentro de ese tráfico, un 37% corresponde a “bad bots”, es decir, programas diseñados para manipular rankings, lanzar ataques, robar contenido o inflar métricas. Estos bots no son inofensivos; se adaptan constantemente para evadir las defensas de las plataformas y cada vez más recurren a técnicas potenciadas por IA, como la imitación del comportamiento humano o el uso de lenguaje natural para pasar desapercibidos. El informe alerta además sobre un punto de inflexión: si la tendencia continúa, la experiencia de navegar por internet podría convertirse en un espacio mayoritariamente simulado, donde interactuar con un humano sea la excepción y no la regla.